martes, 24 de enero de 2012

Entra la luz y asciendo torpemente                  
de los sueños al sueño compartido
y las cosas recobran su debido
y esperado lugar y en el presente
converge el abrumador y el vago
ayer: las seculares migraciones
del pájaro y del hombre, las legiones
que el hierro destrozó, Roma y Cartago

Vuelve también la cotidiana historia
mi voz, mi rostro, mi temor, mi suerte
¡Ah si aquel otro despertar, la muerte
me deparara un tiempo sin memoria
de mi nombre y de todo lo que he sido!
¡Ah, si en esa mañana hubiera olvido!

Despertar – Jorge Luis Borges


sábado, 7 de enero de 2012

Pequeños placeres....

Un caso poco frecuente es el de mi madre, es de las pocas personas que cocina exquisiteces pero a cara de perro. En la cocina es una mujer nerviosa, perfeccionista y antipática. No disfruta el momento en el que está preparando algo que luego servirá a sus hijos y nietas. Lo padece, y lo vive como una obligación que en realidad no tiene. Debe tratarse supongo de un mandato internalizado, de algo que lamenta hacer tan bien porque no lo disfruta en lo absoluto. En fin, no sé lo que es pero lo que si sé es que a pesar de tener poco y nada en común con mi madre, debo reconocer que jamás probé un Lemon Pie que se acercara mínimamente a la perfección del suyo el cual logra el perfecto equilibrio entre la acidez del limón y la dulzura del merengue, montados ambos sobre una exquisita masa hecha a base de manteca...