Existen explicaciones científicas fundamentadas en cuestiones hormonales, también versiones machistas, que afirman en tono de burla que las mujeres preferimos el chocolate al sexo. Lo cierto es que a la mayoría de las mujeres nos encanta el chocolate, también a muchos hombres, pero he leído en varias notas sobre el tema que estadísticamente somos nosotras quienes más lo consumimos. Según mi experiencia es más común que el hombre prefiera una pizza con cerveza, que una torta exquisitamente decorada con mucho chocolate; lo cual no significa que no disfrutemos nosotras de la pizza y que ellos no se devoren esa torta cuando se la servimos con un rico café.
En los últimos años, la gastronomía y la ciencia, reforzaron sus vínculos, dando como resultado de este acercamiento numerosos estudios en los que se desmitifican los supuestos efectos nocivos de varios productos que han tentado a la humanidad desde el principio de los tiempos. En numerosas publicaciones podemos leer acerca de los efectos benéficos del vino, del café y también del chocolate. Como siempre, el tema fundamental es la medida. La porción justa que implica un beneficio para nuestro organismo contra los excesos que suponen acumulación de grasas y diferentes desventajas para nuestro equilibrio.
Ahora, si lo que nos ocupa es el romanticismo, para mí no quedan dudas. Si un hombre quiere hacerme suspirar con un regalo tiene el éxito asegurado si decide traerme una torta, preferentemente las de tamaño individual (mini cake) que venden en las innumerables pastelerías que hay en Buenos Aires, y vienen increíblemente presentadas en coloridas cajitas. Nada de rosas rojas, de ningún color en realidad, pero por algún motivo odio las rosas rojas. Tampoco necesita gastar una fortuna en joyas o en perfumes importados. Simplemente con una delicia chocolatosa será suficiente. Si pretende que mis suspiros deriven en amor absoluto, puede sumar a la sorpresa un simple ramito de jazmines y será bien recompensado.
Es importante aclarar que este tipo de sorpresas deben ser esporádicas para provocar el efecto deseado, de ser cotidianas se convierten en algo previsible y tedioso. Como en el caso de un hombre cuyo nombre me reservo, que trabajando en un importante restaurante en donde conseguía las mini cakes que me encantan a un precio bastante accesible, me traía una, dos y a veces tres todas las semanas. Al principio morí de amor pero no pasó mucho tiempo hasta que empecé a sentir que mi ropa me quedaba chica y sentí una especie de odio hacia el caballero en cuestión.
foto- mini cake: www.parispatisseries.com (exquisita web de un chef norteamericano que cumplió su sueño dorado de vivir y cocinar en París)
foto- chocolate: uno de los regalos que recibí que duró para tomar las fotos y no mucho tiempo más
¡Hola! Llegué aquí a tu blog por un enlace que pusiste en una página de facebook. Me reí mucho con esta entrada, eres muy simpática así que me quedo por aquí que veo que llevas poco tiempo con el blog.
ResponderEliminarPásate por el mío si quieres: http://pitanzaparahoy.blogspot.com/
Un saludo desde España!
gracias por el comentario!! claro que iré por tu blog y seguiremos en contacto, otro saludo desde Buenos Aires!!
ResponderEliminarSoy aficionado al choco, me he visto y leido cuanto pude de este maravilloso fruto, hay detras de este producto tanta ciencia como magia, y una de las ultimas cosas que lei o escuche, ya no recuerdo, es que el placer y la sensacion de saborear un chocolate de buena calidad, es la misma que se produce al besar a otra persona en la boca, que tal!!!! Sera por eso la afinidad!!! A que mujer no le gustaria que la bese un hombre que tenga las cualidades del chocolate?
ResponderEliminarBesos... o chocolates!!!
Ariel, de San Martin de Los Andes.
hermoso comentario Ariel, creo que ninguna mujer se resistiría a ese beso, ni a tus bellas palabras tampoco, besos chocolatosos para vos también!!!!
ResponderEliminarHola me encanto el articulo, quien nos entiende no?? si es poco está mal, si es mucho se torna tedioso, a medida que pasan los años, me gusta cada vez màs el chocolate, y menos las pizzas. Y la foto del mini cake, me mato!!!
ResponderEliminarBeso
Retro Tea and Coffee
by Marisa C. Di Franco
Los franceses saben de minicakes no?
Eliminargracias por el comment Marisa, disculpá la demora en responder, es que no lo había visto...
besps